El domingo pasado fuimos a dar una vuelta por los jardines de La Granja de San Ildefonso (Segovia), en la vertiente norte de la Sierra de Guadarrama, en los montes de Valsaín.
Antes de llegar a la entrada de los jardines nos sorprendieron los altísimos árboles que conducen al Palacio Real, rodeados de rododendros que ya están en flor.
Estos inmensos jardines se caracterizan por lo naturales y salvajes que parecen la mayor parte de ellos, siendo auténticos bosques, aunque la zona central y de la entrada es digna de todo buen jardín francés. Entre los árboles encontramos castaños de indias, cedros, abetos, acebos y lilos entre otros.
Lo natural de los bosques contrasta con las veintiséis fuentes y diversas estatuas que decoran los parterres por los que nos movimos. Estatuas diversas que representas alegorías y deidades y fuentes basadas en la mitología con predominancia de la figura del dragón, que aparece en multitud de ellas.
Estas fuentes funcionaban con un complejo sistema de canalizaciones que utiliza la fuerza de la gravedad para generar la presión necesaria para su funcionamiento, por ello en la parte más alta del parque hay un lago artificial. Las fuentes no funcionan de manera habitual pero en verano se programan espectáculos a determinadas horas que estoy segura, merece la pena ver a pesar de los 4€ que cobran por ello. Mientras las fuentes no están en funcionamiento la entrada es gratuita.
En los jardines de La Granja habitan multitud de animales, desde culebras y anfibios variados que pudimos oír a nuestro paso hasta pájaros carpinteros muy indiscretos, roedores como la musaraña e incluso, según indica el cartel de la entrada del Laberinto, corzos.
El Laberinto es toda una atracción para los más pequeños y si te dejas llevar un poco puedes incluso despistarte durante algunos minutos. Lamentablemente lo recordaba mejor cuidado de como lo encontramos.
Un buen plan para un domingo de primavera!