La tonalidad rojiza de las hojas suele deberse a déficit de nutrientes o a cambios bruscos de temperatura. |
En invierno, cuando realizamos los esquejes de geranio,
plantamos algunos de ellos en maceteros grandes pero dejamos la mayoría de los
esquejes en maceteros
pequeños y de plástico. El inconveniente de los maceteros de plástico es que no
transpiran y en verano la humedad que queda en la maceta tras el riego alcanza
temperaturas demasiado elevadas pudiendo dañar la planta. Por otro lado, las
macetas muy pequeñas, al tener poca tierra, impiden el crecimiento del geranio.
Cuando nuestro geranio tiene déficit de nutrientes sus hojas adquieren una
tonalidad rojiza que nos sirve de indicador de alerta. Por tanto, si queremos que
nuestros geranios crezcan bien, tendremos que traspasarlos a jardineras o
macetas más grandes, con más tierra, y a ser posible de cerámica.
A la hora de hacer el trasplante hay que tener en cuenta que
estos geranios procedentes de esquejes no van a ser como los que compramos en
un vivero; no van a tener unas raíces tan desarrolladas y por ello no van a salir de las macetas en las
que los pusimos inicialmente tan fácilmente como los de los viveros. Lo que
hacemos nosotros es humedecer un poco la tierra antes de hacer el trasplante
para conseguir que esté todo más compacto y sea más fácil el proceso, tratando de evitar que se
desmorone todo. Es, no obstante, algo complejo y corremos el riesgo de destrozar el esqueje de geranio por lo que si vamos a acabar dejándolos en maceteros no demasiado pesados y fáciles de trasladar, es casi mejor plantar los esquejes de geranio directamente es los maceteros definitivos.
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