Semilleros de petunias

Las petunias son unas de las plantas más agradecidas que podemos poner en el jardín. Florecen durante largas temporadas y no requieren demasiados cuidados. Son perfectas para adornar balcones y terrazas.

Durante la floración recogemos las semillas de petunia de los frutos (en la foto se ve el fruto en cápsula) y las guardamos en botes distintos según el color de la petunia. A partir de enero o febrero sembramos nuestras petunias bien en semilleros o directamente en las jardineras. Podemos sembrar las petunias desde septiembre o noviembre pero nos arriesgamos a que se hielen en enero o febrero si las tenemos en el jardín o a que crezcan raquíticas si no les da el suficiente sol.

Nosotros hemos aprovechado los yogures como semilleros a los que hemos hecho uno o dos agujeritos en la base para facilitar el drenaje del agua y así evitar que se encharquen y se ahoguen las petunias.  Llenamos ¾  partes del volumen de cada yogur con tierra para que al aplastarla un poco el volumen total que ocupe fuera de ⅔ aproximadamente. Para favorecer la germinación de las petunias podemos añadir al sustrato que vayamos a emplear algo de turba que da cierta acidez facilitando el desarrollo de las petunias. Entonces echamos entre 5 y 7 semillas de petunias por yogur-semillero(tenemos de sobra y así aumentamos las probabilidades de éxito aunque también es cierto que pueden salir varias petunias en el mismo semillero estableciendo competencia entre ellas, en ese caso habrá que separarlas  pronto y con ayuda de unas pinzas).  Después rellenamos el yogur-semillero con  más tierra que volvemos a aplastar un poco y echamos unas gotas de agua para humedecerlo.

¡Ya está listo! Nosotros hemos dejado los yogures al aire libre en un sitio más o menos resguardado del viento y al que llega el sol cada mañana.

Mira la evolución de estas petunias y el comienzo de su floración.

Podemos utilizar como semilleros distintos envases

 

Tierra para macetas

Para acondicionar las macetas y maceteros en los que vamos a poner nuestras plantas ya sean  nuevas, procedentes de esquejes o trasplantadas de los semilleros tenemos que conseguir tierra de suficiente calidad; una tierra que aporte materia orgánica y minerales a la planta y que al mismo tiempo sea capaz de retener agua y no se escurra con cada riego.

Si como tierra de maceta utilizamos sólo el compost que venden en los viveros y tiendas de jardinería, la maceta irá perdiendo el sustrato hasta quedarse prácticamente vacía y además notaremos que el agua que echamos se escurre casi en su totalidad y al poco tiempo la tierra vuelve a parecer seca. Si utilizamos turba, que también se vende en los viveros como sustrato para macetas, se formará una masa compacta y dura que acumula mucha humedad en su interior aunque en su superficie parece seca, incitando a regar la maceta con más frecuencia hasta que la planta acabe pudriéndose.

Por eso nosotros lo que hacemos es mezclar tierras de distintas características con el compost comercial. Tampoco nos complicamos demasiado la vida buscando en los viveros diferentes sustratos sino que vamos tirando de lo que tenemos más a mano.  Es cierto que cada planta tiene unos requerimientos especiales y no se puede decir que exista una tierra perfecta para todas ellas, sino que hay que informarse de las preferencias de cada planta para modificar las proporciones en la mezcla de tierra. Por ejemplo, los rosales necesitan una base más arcillosa que retenga más agua.

 

Primero hemos tomado  tierra con mucha materia orgánica bien descompuesta o tierra vegetal (tierra negra), es decir, tierra que se encuentra en el bosque o  debajo de los árboles en las zonas que no son trabajadas, en las que se acumula la materia orgánica y se descompone con el paso del tiempo. Por otro lado hemos recogido tierra con arcilla que retendrá muy bien el agua y arena gruesa que facilitará el drenaje. Las hemos mezclado bien las dos tierras a partes iguales  retirando las piedras, raíces, hojas, etc. Finalmente la hemos mezclado con otra parte de compost comercial que contiene microcápsulas de abono de liberación controlada para no tener que abonar tan a menudo.

Otra opción, si ya teníamos tierra de macetas de ocasiones anteriores, es sacarla y mezclarla con compost para compensar la pérdida de nutrientes que sufre la tierra al albergar plantas.

Podemos perfeccionar la elección de tierra según la planta que queremos plantar y sus requerimientos de pH, humedad, nutrientes, etc. Es un trabajo bastante laborioso y la verdad es que salvo algunas excepciones, podemos conseguir que nuestras plantas crezcan bien utilizando los recursos que tenemos más mano.

Esquejes de Geranios y su cuidado

Llegado el frío del invierno es fundamental poner a buen recaudo los geranios o de lo contrario se helarán y morirán. Nosotros este año hemos optado por podarlos muy severamente y así aprovechar para reproducir geranios por esquejes.

Hemos empleado las ramas podadas como esquejes de geranio. Para ello primero hemos retirado las hojas más débiles y las flores que aún quedaban en estas ramas recién cortadas. Después hemos introducido los tallos en un producto favorecedor del enraizamiento que compramos hace poco, así que aún no podemos dar una opinión sobre su efectividad. En teoría el líquido favorecedor del enraizamiento actúa facilitando y acelerando el desarrollo de nuevas raíces y por tanto mejora el crecimiento del nuevo geranio y multiplica las probabilidades de éxito. Mantenemos sumergidos los tallos de los esquejes de geranios durante dos o tres segundos y los plantamos en macetas que ya hemos llenado con una mezcla de tierra y compost. A continuación hemos regado escuetamente nuestros esquejes de geranio. Ya está todo listo. Si no tenemos este favorecedor podemos utilizar un granito de arroz: Truco.

Como aún no hacía demasiado frío los dejamos en una zona de la terraza protegida del viento. Unas semanas más tarde y ante la previsión de heladas decidimos meter las macetas con los esquejes de geranio en el garaje, cerca de una ventana por la que entra el sol durante tres o cuatro horas. En el garaje los esquejes de geranio están protegidos de las heladas y las bajas temperaturas pero se mantienen a una temperatura bastante fresca que favorece su desarrollo en esta fase. No los sacaremos hasta que empiece el buen tiempo. (Mira la continuación del desarrollo de estos esquejes o el resultado final en verano)

En la foto se ven también los esquejes de rosales que tenemos preparados para plantarlos más adelante.

Comenzamos

Llevo un rato pensando la mejor forma de empezar este blog sin sonar cursi ni parecer una auténtica friki, aunque pensándolo bien no tengo ningún problema en parecerlo…es más…¡aquí estoy!

Para empezar quería explicar el motivo que me lleva a adentrarme en este mundo de bloggers y tutoriales de youtube aliñados con las risas de mis conocidos. Hace ya bastantes años que dedico una parte considerable de mi tiempo libre al cuidado de unos árboles y plantas que me han visto crecer. No sólo les regamos y abonamos sino que tratamos de sacar el máximo rendimiento de cada una de nuestras plantas y para ello buscamos información, consejos y nos arriesgamos  a experimentar distintas opciones de cuidado, poda, trasplante, reproducción, etc.  Al final, hemos llegado a la conclusión evidente de que el plastiquito que cubre al geranio de una terraza de Málaga durante el invierto, no evita que los nuestros se mueran a la primera helada. Por eso, para contar qué hacemos con nuestras plantas y ya de paso entretenerme, he decidido empezar esta aventura.

 Este jardín algo anárquico está en Cerceda, un pueblo encantador de la Sierra de Guadarrama por el que merece la pena parar ya sea en coche ya sea a través de una de las rutas de senderismo que pasan por él y echar un vistazo a la iglesia (monumento histórico nacional, por cierto), tomarse un buen pincho de bacalao y de paso pasar la itv sin colas. A mí este pueblo me encanta. =)