Se suelen dividir en función del período de floración en bulbos de primavera y bulbos de verano, estos últimos se plantan más tarde que los de primavera. Personalmente,prefiero las bulbosas de primavera pues comienzan su floración cuando todavía hay pocas flores y el jardín aún no se ha sacudido el aire invernal.
Una ventaja fundamental de estas plantas es que prácticamente no necesitan cuidados, no requieren riegos continuos ni podas y aunque absorben muchos nutrientes del suelo la mayoría pueden sobrevivir y desarrollarse en terrenos pobres y arenosos. Además se multiplican ellos mismos cada temporada de tal modo que cuando los sacamos en otoño podemos ver que casi todos los bulbos tienen adherido un bulbo más pequeño y fácilmente separable que tardará un par de temporadas en otorgar flores.
Entre las bulbosas de primavera podemos destacar los Lirios, Narcisos, Tulipanes, Jacintos, Muscaris, etc.
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